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![]() El camino es sencillamente espectacular. Tras pasar, por la Pasada de Bosques, bajo las caprichosas formas pétreas de los Picones de Fique, recorriendo las dos laderas del Barranco del Garbanzal, llegamos a las ruinas de la casa forestal, de la que sólo queda un majano de piedras. Hasta aquí habremos recorrido unos 2 km desde la cadena. Si seguimos la pista forestal, nos adentramos en el siguiente barranco, mucho más amplio y abierto, que como el arroyo que discurre por él, lleva el nombre de Extremera. Unos 1.200 m más adelante llegamos al cauce de aguas cristalinas, vadeado por la pista forestal. Si seguimos corriente arriba por la vaguada llegamos a un manantial, considerado el nacimiento del arroyo. El nombre de La Pasada de Bosques tiene un origen que merece la pena conocer. El ancho camino actual era antiguamente una senda de caballería que comunicaba la casa forestal del Garbanzal, con la zona de Tíscar y que hace más de treinta años se reconvirtió en pista forestal para permitir el acceso a vehículos en caso de emergencias, gracias al tesón e imaginación de un guarda forestal, Alfonso Bosques. La vía, en el primer tramo, tenía que salvar el obstáculo de una pared vertical (Picones de Fique), por lo que la obra se antojaba imposible para los superiores del agente, que le negaban el intento. Bosques tenía a cargo una cuadrilla de mantenimiento, para limpiar las cunetas y arreglar las pistas forestales. Aprovechando las vacaciones del guarda mayor se puso mano a la obra, casi sin medios. A base de mampostería y duro trabajo, en apenas veinte días consiguió ensanchar el carril, permitiendo la circulación de vehículos todo terreno, lo que facilitaba el acceso rápido a una zona a la que, en caso de incendio forestal, sólo podía accederse a pie o dando un rodeo de casi 40 Km. Incluso, para hacer una voladura en la roca utilizó cohetes de feria, el único explosivo que tenía a su alcance. Desde entonces los lugareños conocen el lugar con el apellido del guarda.
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LOCALIZACIÓN Tomando de referencia el Puerto de Tíscar, a 500 metros del punto más alto de la carretera, en dirección a Pozo Alcón, sale una pista forestal a nuestra izquierda, en un entrada ancha donde podemos dejar el vehículo. El firme es bueno, por lo que podemos adentrarnos en coche otros 800 metros, hasta una curva ancha (con un pino en el vértice interior) con espacio para aparcar. Unos metros más adelante (ya a pie o en bici) del carril principal parte otra pista que asciende la ladera, para adentrarse entre las rocas (hay una cadena). Siguiendo esa pista llegamos a los Picones de Fique y al Barranco del Garbanzal. Si continuamos más adelante, ya en el siguiente barranco, llegamos al nacimiento del Arroyo Extremera. |
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